Las vaquillas ya no volverán a saltar al ruedo en las fiestas de Gorliz. O al menos, eso es lo que quieren los vecinos. Con un 76,3% de los votos, la gran mayoría de los residentes del municipio ha rechazado la continuidad de este espectáculo dentro del programa de Santiago. Quieren poner por tanto punto final a una cita que había sido un fijo en el cartel, pero también un blanco de las críticas. Durante las últimas ediciones se había generado cierta controversia entre quienes querían que se mantuviese la exhibición y los que la consideraban un «maltrato animal». Consciente de este debate, el Ayuntamiento optó por llamar a los vecinos a las urnas para pulsar el botón de la opinión pública y zanjar la polémica. Y el recuento reveló ayer un rechazo casi abrumador.
La consulta, sin embargo, no será vinculante. Es decir, que el Consistorio no estará ahora obligado a obedecer la opción más votada. Pero este escenario de desoír la postura vecinal fue descartado desde un primer momento, ya que desde la casa consistorial apuntaron que trasladarían a pleno la opción más votada.
Es decir, que tras la votación con 689 noes y 211 síes será finalmente la cámara local quien debatirá si acatar el resultado y hacer oficial en las próximas fechas la eliminación de las vaquillas de cualquier acto que tenga lugar en las fiestas que arrancarán en seis meses.
Sólo nueve localidades vizcaínas celebraron en 2019 festejos taurinos.
Aun así, la alcaldesa Nagore Utxupi se mostraba contenta por la participación. «La gente ha tenido en cuenta que la opción está en sus manos», resaltaba. Una jornada que guardó cierto parecido con unas elecciones convencionales, aunque con la novedad de que la edad mínima se rebajó hasta los 16 años. Y que estuvo empañada por las pintadas que aparecieron en la plaza del Ayuntamiento en las que se pudieron leer mensajes como «por un Gorliz sin maltrato animal».
Desde ANDA, felicitamos al ayuntamiento de Gorliz y animamos a todos los demás municipios a que hagan lo mismo. Debería ser un ejemplo a seguir por todos nuestros políticos, que se den cuenta de una vez que hay una gran mayoría que rechaza la tauromaquia y que se subvencione con dinero público el maltrato, la tortura y la muerte de seres vivos.
TAUROMAQUIA ES VIOLENCIA.
