4 de octubre de 2018. Un millón de ciudadanos europeos ha firmado una iniciativa promovida por la organización Eurogroup for Animals, plataforma que integra 64 ONG de protección animal europeas, representada en España por ANDA, FAADA y AVATMA. La iniciativa pide el estricto cumplimiento de la Directiva Europea que prohíbe la mutilación rutinaria del rabo de los cerdos así como un progresivo abandono de la práctica de castración sin anestesia ni analgesia.
La Directiva 630/91 sobre normas mínimas para la protección de los cerdos prohíbe la amputación rutinaria del rabo de los cerdos. Esta mutilación se realiza para evitar que los cerdos en las granjas intensivas se muerdan el rabo entre ellos debido a un entorno aburrido, poco estimulante y sin enriquecimiento ambiental. La directiva indica que se deben realizar mejoras medioambientales en las instalaciones para evitar este comportamiento y en ningún caso practicar la mutilación rutinaria de rabos como solución del problema. Sin embargo a día de hoy la práctica del corte de rabos es generalizada en la Unión Europea y desde las instituciones comunitarias no se están tomando medidas eficaces para hacer cumplir con la legislación existente.
En España el Ministerio de Agricultura ha publicado una Guía de Buenas Prácticas para evitar estas amputaciones y existe una Hoja de Ruta consensuada con el sector para ir paulatinamente reduciendo su práctica. Son pasos importantes pero la realidad es que a día de hoy en España, como en el resto de la UE, no se cumple con la Directiva. La fuerte competitividad entre países productores no ayuda a que un país concreto tome medidas que puedan hacer aumentar sus costes de producción internos frente al resto de Estados Miembros.
La iniciativa del Eurogroup for Animals, avalada por un millón de firmas, también pide un paulatina prohibición de la práctica de castración sin anestesia ni analgesia. Este tipo de castración, a diferencia del recorte de rabos que en teoría ya está prohibido, es completamente legal. La castración en los machos se realiza para evitar el posible olor sexual de los cerdos adultos y, en España, en las hembras que viven en explotaciones extensivas para evitar mestizajes con jabalíes. Las ONG recuerdan que hay alternativas como la castración química o el uso de paliativos del dolor que convierten a la castración tal y como se practica hoy en día en perfectamente evitable.
España mantiene una importante diferenciación, en positivo, respecto al resto de la UE en este tema ya que mientras fuera de nuestras fronteras se castra casi a la totalidad de los animales machos aquí tan solo se castra al 20%. En España no es necesario ya que se envían al matadero cerdos más jóvenes y tan solo se practica para la producción de jamón que exije animales adultos. En el caso de las hembras que viven en régimen de libertad o semilibertad en España, la castración química (allí donde se aplica) está funcionando satisfactoriamente.
Las ONG denuncian que las amputaciones realizadas a los cerdos les provocan un enorme sufrimiento, son evitables o existen alternativas viables. Por estos motivos piden a la Comisión Europea y a los Estados Miembros que no las permiten en aquellos casos en los que ya están prohibidas (recorte de rabos) e inicien los pasos legislativos necesarios para prohibirlas allí donde aún son legales (castración).