La situación enfatiza la urgente necesidad de estrictas disposiciones de acceso al mercado de la UE, para evitar que los productos importados socaven los progresos alcanzados en Europa y para promover mejoras para los animales en terceros países.
En diciembre de 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Taiwán solicitó a la Comisión Europea que se le permitiera exportar huevos, incluidos huevos de pato, y sus subproductos de Taiwán a la UE. La solicitud aún está pendiente, pero considerando el rápido incremento del uso de jaulas en batería, las ONG taiwanesas están haciendo campaña para crear conciencia sobre lo que sería un serio paso atrás, no solo para el bienestar animal sino también para la salud pública.
Según la legislación existente, la UE no impone ningún criterio de bienestar animal a los huevos y sus subproductos importados.
El caso de los huevos de pato de Taiwán se trata de una industria que solía depender casi por completo de sistemas sin jaulas. Desafortunadamente, este sector tampoco se ha librado de la tendencia de intensificación y la explotación de un número cada vez mayor de animales. En Taiwán ahora, alrededor del 20% de los 2,16 millones de patos ponedores se mantienen en pequeñas jaulas estériles, lejos del agua que es tan imprescindible para mantener su salud, regular su temperatura corporal y mantener su plumaje en buenas condiciones.
Las investigaciones en Taiwán han enseñado imágenes de patos con heridas en las patas causadas por la falta de agua y los pisos de alambre oxidados, así como animales que exhiben comportamientos estereotipados como resultado de la vida en una jaula. Según la Environmental and Animal Society of Taiwan (EAST), que lanzó una campaña nacional sobre este tema, la tasa de mortalidad de los patos mantenidos en jaulas es de dos a cinco veces mayor que la de los patos mantenidos en sistemas libres de jaulas equipados con agua, comederos y cajas nido.
Esta intensificación también tiene un impacto en la salud pública. La reciente pandemia de la COVID-19 ha puesto de relieve el peligro de las zoonosis y los riesgos relacionados con la agricultura intensiva. Durante la última década, Taiwán se ha enfrentado a muchos casos de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) y hasta ahora nunca ha podido informar oportunamente sobre los brotes ni abordarlos de forma transparente. El sector avícola suele argumentar que la influenza aviar se transmite principalmente por aves silvestres. Sin embargo, los virus que transportan las aves silvestres suelen ser de baja patogenicidad y solo cuando estos virus llegan a cobertizos superpoblados pueden evolucionar hacia una forma más peligrosa de influenza aviar.
La cifra récord de 1,5 millones de ciudadanos de la UE ha pedido, a través de la campaña #EndTheCageAge, que se prohíban las jaulas en la UE, lo que demuestra la solidez de la opinión pública sobre este tema. A medida que la UE considera medidas para fortalecer las regulaciones nacionales, no debería repetir los errores del pasado dejando la puerta abierta a importaciones que implican peores condiciones para los animales. Por tanto, cualquier prohibición de las jaulas debería convertirse en un requisito para quienes exportan a la UE, incluidos los productores taiwaneses de huevos de pato.
Fuentes: Eurogroup for Animals / Environmental and Animal Society of Taiwan
Foto: We Animals