El caballo Máximo, de la cuadra de Andrés Romero, murió el 27 de septiembre en una clínica veterinaria de Aznalcóllar a la que había sido trasladado después de resultar corneado por el primer toro del festejo de rejones celebrado en la Real Maestranza de Sevilla, dentro de la feria de San Miguel.
Nos causa mucha tristeza la muerte de este noble y bello animal y que haya tenido que morir de esta manera porque una minoría necesita entretenerse a causa del sufrimiento y muerte de otros seres vivos.
Tenemos que pensar que los toros no son los únicos animales que son torturados y sufren en los festejos taurinos. Desgraciadamente hay más víctimas: los caballos. No debemos olvidar a estos animales que, si bien la mayoría de veces no terminan muertos como los toros, sí sufren grandes heridas y daños tanto emocionales como físicos. Además esas heridas y daños muchas veces también les provocan una muerte prematura que, desde luego, la gente del público nunca llega a ver ni a saber y realmente ni le importa porque para ese público el caballo es como un objeto más en la plaza de torturas.
La tortura en el “Rejoneo”.
Existen otros tipos de corridas de toros, todas ellas causan igual maltrato y dolor al toro y al caballo. El “rejoneo” es un tipo de “lidia” donde el torero torea a caballo y va clavándole las banderillas al toro, mientras el caballo tiene que hacer una suerte de «piruetas» y «bailes» (ha sido previamente obligado a aprenderlas) para esquivar los embistes del toro. En este tipo de tortura el caballo no tiene ninguna protección y está expuesto aún más a los embistes del toro. Sin embargo, el torero está protegido por el caballo quien es el que recibe los embistes de toro.
Al caballo lo tiene que dominar el rejoneador de manera absoluta, haciendo todos los movimientos tal y como los piensa el rejoneador. Esto sólo se consigue a base de entrenamientos muy duros, muy largos y constantes. (Fuente: Acabemos con la tauromaquia).
“Los caballos de rejoneo son los instrumentos que delante del toro harán la función del engaño. Para conseguirlo tienen que estar absolutamente sometidos a las órdenes de su caballista y obedecerlas de forma súbita, inmediata y siempre. Esto solo se consigue a base de un entrenamiento insistente y continuado, constante, repetido tantas y tantas veces…”. (Fuente: Tienda hípica de raza).
“El caballo es eminentemente cobarde y lo hace todo por miedo y por eso, conseguir que el caballo toree, resulta mucho más notable y meritorio”. (Fuente: Tienda hípica de raza).
“El caballo de torear está sometido a su caballista, de tal forma, que acepta las órdenes que recibe de este y las cumple ciegamente. Es así, por eso la doma es: repetir, repetir, y repetir”. (Fuente: Alternativa Toros).
Es indiscutible el afán de mancillar y causar dominación de forma dolorosa y constante al caballo, incluso hasta romper su espíritu. Es importante tener en cuenta lo que dice el veterinario José Figueroa, quien advierte sobre las lesiones en los caballos montados por personas con cualquier fin: “El caballo nunca fue concebido para llevar a una persona encima. Estamos sometiéndole a un esfuerzo para el que no estaba preparado originariamente“. De esto podemos deducir que todas las “piruetas” que los aficionados a la tortura de animales obligan a realizar al caballo son antinaturales y por lo tanto generan un nivel de dolor y estrés muy fuerte en él.
Hay estadísticas de una gran cantidad de caballos que fueron heridos de muerte o murieron en “corridas de rejoneo” solo en España. En Perú este estilo de tortura también se lleva a cabo en Acho y en otras plazas.
Maltrato animal legalizado de toros y caballos subvencionado con dinero público.
CUANDO UN SER VIVO SUFRE, NO ES UNA FIESTA.