Al alcalde de Iruñea, Enrique Maya, se le está complicando la sorpresa que lanzó hace unas semanas a la ciudadanía, cuando anunció que traería un gran grupo o figura internacional de primer nivel al Navarra Arena para protagonizar un concierto memorable en Sanfermines. El alcalde reconoció hace poco a la Ser que «el tema está difícil». Admitió, que también detecta, que hay una cierta «connotación negativa» para algunos de estos artistas debido a la asociación de los Sanfermines a la fiesta taurina: «Hay una percepción social, sobre todo de la gente joven en relación al maltrato animal que hace que algunos grupos no quieran» venir a los Sanfermines, por el temor a una respuesta negativa de sus fans.
Más de 20.000 animales al año son torturados en España por la tauromaquia. Numerosos activistas han sido agredidos por parte de los taurinos por intentar impedir esa tortura. Aun así, la gente cada vez está más concienciada, la tauromaquia va perdiendo adeptos y fuerza en una sociedad que va avanzando y además es rechazada por la enorme mayoría de los españoles. Invertir en tauromaquia es malgastar los fondos públicos. Sin subvenciones públicas están condenados a desaparecer. La mejor ayuda para las pocas familias que viven de ella es un Plan de Reconversión a actividades no crueles y con futuro.
No consideramos estético un espectáculo que implica sangre, sufrimiento y muerte, pero, en cualquier caso, la estética nunca puede prevalecer sobre la ética y no consideramos ético la tortura de un animal, y menos aún con el único fin del entretenimiento.
Seguiremos luchando para proteger a nuestros menores de presenciar y practicar la tortura de animales como forma de entretenimiento.
Si alguien sufre, no es una fiesta.
