Inaugurada en 1982, la Plaza de Toros de Albufeira ha albergado decenas de espectáculos taurinos a lo largo de los años y ha llegado a ser considerada una de las plazas más importantes del país. Hace unos dos años, la plaza de esta ciudad del Algarve fue vendida a inversores privados para rehabilitar todo el recinto y su entorno.
La Plaza de Toros de Albufeira se convertirá en una unidad hotelera denominada Hotel Real, anunció el estudio de arquitectura Saraiva + Associados. Se trata de “una recuperación arquitectónica que favorece la relación con el espacio público a través del desarrollo de equipamientos de calidad”, subrayan los responsables del proyecto.
El conjunto urbanístico de 12.000 metros cuadrados constaba de 40 apartamentos, un centro comercial, que albergaba cine, discoteca y bingo, así como la Plaza de Toros. Tenía capacidad para 3.803 espectadores y, hasta 2019, era el único que aún funcionaba con regularidad en el Algarve.
Felicitamos a Portugal por la buena decisión que ha tomado, deberíamos tomar ejemplo y hacer lo mismo en España. Un ejemplo más para lo que pueden servir las plazas de las torturas.
Más de 20.000 animales al año son torturados en España por la tauromaquia. La tauromaquia es un espectáculo que implica sangre, sufrimiento y muerte y es contrario a la ética y la protección de los animales y contraproducente desde el punto de vista de la educación y que vive de subvenciones públicas, es un negocio con los pies de barro, pues no sobreviviría sin el bolsillo de los contribuyentes. Es hora de que esta actividad cruel deje de ser considerada “Patrimonio Cultural” protegido por la Constitución y se dé libertad para prohibirla si la ciudadanía así lo desea”.
En las Observaciones Finales del Comité de los Derechos del Niño de la ONU a España del 12 de febrero de 2018 (CRC/C/ESP/CO/5-6) en su Sección E Violencia hacia la infancia, párrafo 25, señala: «Con el fin de prevenir los efectos perjudiciales de la tauromaquia en los niños, el Comité recomienda que el Estado prohíba la participación de menores de 18 años como toreros o como espectadores de eventos taurinos.
En ANDA, llevamos más de treinta años luchando contra las subvenciones que recibe la tauromaquia e informando sobre las corridas de toros para promover una conciencia colectiva que acaba con la mal llamada “fiesta nacional”, y su consecuencia natural que son las salvajadas que aún se practican en las fiestas de muchos pueblos de España.
Ojalá nuestros políticos tomen ejemplo y demuestren tener más empatía hacia los animales como seres vivos que son.
TAUROMAQUIA ES VIOLENCIA.
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