Desde el 15 de diciembre de 2023, es ilegal la adquisición de nuevos cetáceos para espectáculos en los acuarios y delfinarios públicos de Corea del Sur según ha anunciado el Ministerio de Océanos y Pesca. Asimismo, tras una revisión de la ley sobre la gestión de zoológicos y acuarios, se ha declarado ilegal que los delfinarios, parques marinos o acuarios permitan a los visitantes montar, tocar o alimentar a estos animales.
«Planeamos anunciar de manera proactiva estos cambios para garantizar su implementación sin problemas, manteniendo al mismo tiempo una cooperación con la industria de los acuarios», señaló Cho Seung-hwan, Ministro de Océanos del Gobierno de Corea del Sur.
La apertura de nuevos acuarios en el país también se verá afectada, ya que será necesario obtener una autorización estatal, y las instalaciones existentes deberán cumplir con los nuevos estándares en un plazo de cinco años. Esto incluye pautas específicas sobre procedimientos y horarios para realizar exámenes médicos de rutina a especies cautivas dentro de las mismas instalaciones.
En la actualidad, Corea del Sur cuenta con 16 delfines y cinco ballenas belugas en cautiverio. Aunque no se han anunciado planes para reubicar a estos mamíferos, las nuevas prohibiciones podrían representar los primeros pasos hacia un futuro sin delfinarios en el país asiático.
Delfines, cetáceos y otros animales viven en cautividad en zoos y acuarios. Algunos nacen y mueren carentes de toda libertad. Ofrecen su existencia al deleite de los seres humanos, que aplauden desde las gradas sus zambullidas.
Encerrados para el disfrute humano.
La música suena alta. El público jalea y aplaude a la espera de que uno de los animales salte por el aro que uno de los entrenadores sostiene en el borde de la piscina. Este panorama, se repite a diario en muchos zoos del mundo. Como si se tratase de actrices de Cabaret, delfines, cetáceos y otras especies actúan al servicio de los seres humanos a cambio de un puñado de sardinas.
Lo cierto es que el sufrimiento que estos animales marinos padecen se ve incrementado cuando se les orienta hacia el deleite de los seres humanos. “Tienen un sentido del oído muy amplio y, cuando se les somete a estos espectáculos, su comportamiento se ve afectado por causa de grandes picos de estrés”, incluso los delfines que viven en libertad ven afectadas sus conductas vitales por el ruido de embarcaciones y otras actividades humanas en los océanos.
«Avances que nos conducen hacia un futuro libre de delfinarios».
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