Las fábricas de cachorros o granja de perros son instalaciones de cría de perros cuyo objetivo principal es la obtención de beneficios económicos. En este tipo de instalaciones, no se presta atención al bienestar de los animales.
Habitualmente, los criadores de perros mantienen a los animales en condiciones de hacinamiento e insalubridad, sin que se les proporcione el tratamiento veterinario, el alimento y la socialización adecuados. Los perros de los criaderos no reciben premios ni juguetes, no hacen ejercicio ni se les acicala. Para reducir al mínimo la limpieza de sus deposiciones, los perros viven en jaulas con suelos de alambre y esto les provoca heridas en las patas. Es habitual que las jaulas se apilen formando columnas. Los perros reproductores de los criaderos pueden pasar toda su vida en el exterior, o pueden vivir en jaulas en el interior durante toda su vida. A menudo, cuando los perros reproductores alcanzan los 4 años de edad, son sacrificados puesto que ya no se les necesita.
Debido a las deplorables condiciones de cría en estas granjas, los cachorros sufren problemas de salud y/o de conducta. Al crecer en espacios pequeños, compartidos con muchos otros perros no se socializan adecuadamente ni con otros perros ni con humanos.
Para entonces el comprador se ha encariñado con el cachorro y con tal de salvarlo hace frente a elevadísimas facturas veterinarias en su intento de curarlo, cosa que raramente ocurre.
Lo más que ofrece la tienda si se reclama es cambiarlo por otro en el caso de que haya factura, lo que raramente hacen. En muchos casos imponen la condición de utilizar únicamente su veterinario y sólo cuando el cliente ya desesperado lleva el perro a su propio veterinario se entera del fraude de que ha sido objeto.
A las muchas personas que nos llaman consultándonos les aconsejamos que presenten una denuncia ante las organizaciones de consumidores ya que para todos el cachorro se convierte en un producto comercial defectuoso y aunque haya suerte y la reclamación prospere, ofrecen otro perro y el negocio continúa.
Mucho ojo por lo tanto con esos preciosos cachorros que aparecen en las tiendas, también y sobre todo en los anuncios de ventas en internet ahí es donde más fraudes hay. No colabores con ello. Nunca se debe comprar ni regalar un animal. Los animales no son juguetes. Hay que adoptarlos en las muchas protectoras y servicios de recogida municipal.
LOS ANIMALES NO SON JUGUETES.
NO LOS COMPRES NI LOS REGALES.