El Ayuntamiento de Tordesillas ha suspendido sus fiestas patronales que se celebraban en la segunda quincena de septiembre. Este año ya no se celebrará el Toro de la Vega, en su nuevo formato, después de que en 2016 la Junta de Castilla y León prohibiera alancerar y dar muerte al animal. La decisión del Ayuntamiento de Tordesillas se toma tras las recomendaciones de la Junta de Castilla y León ante el riesgo para la población.
Precisamente en nuestros comienzos el Toro de la Vega fue nuestra primera campaña, con anuncios en los periódicos, folletos y toda clase de denuncias sobre una salvajada que nadie conocía, incluyendo el Parlamento Europeo con la vergüenza que supuso a nuestros representantes. Ha costado muchos años de esfuerzo pero ha sido un gran paso adelante, junto con otras aberraciones parecidas que van siendo modificadas o abandonadas.
ANDA, tiene una amplia trayectoria en los treinta años que llevamos trabajando en este campo como en tantos otros. Siempre hemos estado luchando contra estos festejos que utilizan animales por pura diversión y hemos conseguido muchos logros. Nos hemos desplazado varias veces a muchos pueblos de España para poder ver esos espectáculos tan repugnantes, como los toros de fuego o “embolados” de Levante, el Toro de la Vega que después de muchos años y muchas gestiones a todos los niveles se ha conseguido que dejen de matarlo a lanzazos (ya no se le hiere ni molesta y al final es llevado al matadero para su posterior sacrificio).
El Toro de la Vega fue declarado fiesta de interés turístico en 1980 y espectáculo taurino tradicional en 1999. El 19 de mayo de 2016 la Junta de Castilla y León prohibió, mediante un decreto-ley, la muerte del animal en el festejo, de tal forma que se podrá celebrar el torneo, pero sin que los aficionados maten al toro a la vista de todos.
Todos estos festejos son subvencionados con dinero público.
Nos alegra que este año no se celebre el Toro de la Vega, no deja de ser un festejo cruel ya que el animal es hostigado durante todo el encierro hasta agotarlo. Maltrato y sufrimiento subvencionado.
