Estudio revela las subvenciones millonarias a las ganaderías de lidia provenientes de la Política Agraria Común Europea

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De acuerdo con el estudio realizado por AVATMA (Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal), unos 430 millones de euros de la PAC han terminado en manos de algo más de 600 ganaderías de lidia, que suponían, en algunos casos, hasta el 50% de sus ingresos.

Esta cifra será mayor, por cuanto no ha sido posible encontrar datos del periodo entre 2014-2017.

Son numerosos los ejemplos proporcionados, en los que aparecen nombres como los de Victorino Martín, el Juli, Espartaco o Joselito con subvenciones millonarias.

El estudio analiza también las premisas por las cuales se conceden las subvenciones de la PAC y considera que las ganaderías de lidia no cumplen con algunas de ellas.

La asociación de veterinarios AVATMA que reúne a más de 600 profesionales del sector, ha realizado un estudio de las subvenciones que reciben las ganaderías de lidia y empresas y particulares que están o estuvieron vinculadas a ellas, a través de la Política Agraria Común (PAC). Estas líneas de ayudas de la Unión Europea están de plena actualidad por votarse esta semana en el Parlamento Europeo las posibles modificaciones a la misma. 

El estudio ha sido realizado tras la revisión de algo más de 600 explotaciones ganaderas que se dedican, de forma parcial o total, a la crianza y selección de bovinos de raza de lidia y que, en teoría, venden sus animales para festejos taurinos en plaza, o bien los alquilan o venden para espectáculos taurinos populares. En teoría, porque los datos de determinados medios taurinos indicaban que, durante el año 2019, solo 290 ganaderías de lidia vendieron algún toro o novillo para festejos en plaza en España, de las 895 que hay de acuerdo con el Ministerio de Agricultura. Es, decir, apenas el 32,4%.

Los datos económicos recogidos en el estudio comprenden los periodos 2002-2013 (en algún caso 2001-2013) y 2018-2019. La fuente de información ha sido la web del propio Ministerio de Agricultura (2018-2019) y la página “Subsidio Agrícola” (2002-2013) editada por “Open Knowledge Foundation Germany”, una organización sin fines de lucro que trabaja por la transparencia del dinero público.

El informe recoge, por ejemplo, que 276 ganaderías habrían cobrado entre 50.000 y 500.000€, 85 ganaderías entre 500.000€ y 1 millón de euros, 121 entre 1 y 4 millones de euros, 9 entre 4 y 6 millones y medio.

Entre los “subvencionados” se encuentra La Ganadería el Tajo, del ex torero Joselito, que recibió 1.226.975€, la Ganadería el Freixo, de El Juli, que recibió 1.280.127€, la ganadería de Espartaco, que recibió 3.506.765€, las de los Hermanos Lozano, que recibieron 2.314.365 euros olas de Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia, que recibió 1.237.963€. Esto resulta especialmente sorprendente considerando la constante petición de ayudas públicas que este colectivo ha venido pidiendo desde que comenzó la pandemia.

El montante total que se ha obtenido ha sido de 430 millones de euros para algo más de 600 ganaderías de lidia. Sin embargo, según afirma la asociación de veterinarios, no ha sido posible encontrar los datos del periodo 2014-2017, que deberían estar, pero no están, en la página del Ministerio de Agricultura. Es decir, el estudio no recoge todas las subvenciones, por lo que la cifra total será mayor considerando el periodo no documentado.

Llaman la atención estas cifras para un sector cuya media de coste salarial mensual es de 5.246€, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Navarra, lo que demostraría una creación de empleo muy modesta, con una media de 4 trabajadores por ganadería.

Se han contabilizado, además, aquellas ayudas de la PAC (FEAGA/FEADER) que han favorecido a familiares directos (propietarios de tierras) de estos ganaderos, y que están o estaban, de una u otra forma, vinculadas a este tipo de negocio. En el análisis, si algún ganadero es o era titular de más de una ganadería o hierro, se han sumado en una única cifra lo percibido de la PAC por cada una de ellas.

No todos los montantes económicos recopilados vienen derivados de la crianza de bovinos de lidia, pero sí han sido percibidos por sus responsables como propietarios de tierras en los que, entre otras actividades, se seleccionan este tipo de animales. Queda claro, por lo tanto, que la Política Agraria Común favoreció la existencia y el crecimiento de este tipo de ganaderías.

La organización veterinaria sospecha de que muchos cultivos a los que estas explotaciones se dedicaban fueron eliminados o minimizados por sus propietarios para dedicar el espacio que ocupaban a la crianza de animales de lidia. De hecho, en el año 2005, la producción de aceite de oliva disminuyó en un 11%. Posiblemente les resultaría más rentable otro tipo de “producción”, especialmente en los tiempos de bonanza de la tauromaquia y, además, pudieron verse influidos por las coyunturas de las políticas económicas de la Unión Europea, que subvencionaban la retirada, obligada o voluntaria, de determinadas tierras de labranza o subvencionaban en menor cuantía determinados cultivos.

“Esto echa por tierra la creencia de que, sin raza de lidia, las superficies en las que se explotan (“dehesas”), «desaparecerían” señala el presidente de AVATMA Jose Enrique Zaldívar. “A la crianza de las especies domésticas mencionadas, debemos añadir la del porcino ibérico, del que dicen, es el único que rentabiliza este tipo de espacios.”

El informe muestra que muchas de estas explotaciones figuran a nombre de sociedades limitadas, sociedades anónimas, empresas agropecuarias, sociedades de transformación agraria, comunidades de bienes, sociedades cooperativas, sociedad civil participada… Nadie o casi nadie conoce quiénes están detrás de ellas. Algunas de estas sociedades cambiaban de nombre de unos años a otros y su domicilio de recepción de las ayudas, en ocasiones, no coincide con la ubicación geográfica de la ganadería. Llama la atención la presencia del sector inmobiliario, del arroz, del aceite e incluso del vino. Tampoco faltan familias de la aristocracia y determinadas sagas familiares, propietarias de grandes fincas y dehesas en diversas provincias, especialmente en comunidades autónomas como Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla y León, y Andalucía: Osborne, Domecq, Pérez Tabernero, Cobaleda, Galache, Cebada Gago, Guardiola Domínguez, Valdenebro, Bohórquez, Núñez, Albarrán, Cascón, de la Cova, Escobar, Escolar…

Muchas de estas ganaderías, analizando algunos datos recabados por AVATMA, están en manos de familias que, en muchas ocasiones, se han enraizado a través de esta actividad y se compran y venden entre ellos este tipo de explotaciones y de animales. El estudio revela, sin dejar lugar para la duda, que son estas familias las que han sido y son las más favorecidas por los fondos de la Política Agraria Común. La diferencia, en cuanto a partidas económicas percibidas por unas y otras ganaderías es, en ocasiones, abismal. 

En los últimos años estas ayudas se han supeditado al cumplimiento de normas sobre el respeto al medio ambiente, la salubridad y calidad de los alimentos, el bienestar animal (desde el año 2007) y la seguridad e higiene en el trabajo (condicionalidad). Se trata por tanto de ayudas que no se plantean sobre criterios productivos, sino de “calidad medio ambiental”. Según estas premisas, AVATMA considera que las explotaciones que se dedican, total o parcialmente, a la crianza de bovinos de lidia, no atesoran algunas estas condiciones que exige la PAC. Por ejemplo, la carne de bovinos lidiados no cumple las normas de salubridad y de calidad como alimento, y el bienestar animal, pese a que se piense lo contrario, no existe en todas las fases de su crianza. La seguridad en el trabajo se puede poner en duda, dado los numerosos accidentes, algunos mortales, que se producen en estas explotaciones.

Con este informe, AVATMA, quiere apoyar la iniciativa de Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea entre los que se encuentra Equo y que, en forma de enmiendas al reparto de la PAC, se votará esta semana en el Parlamento Europeo. Iniciativa que apoya también la plataforma La Tortura No Es Cultura (de la que ANDA forma parte desde su fundación).

Concretamente este grupo ha presentado enmiendas a los artículos 17.3 a) y 33.2 b) con los siguientes textos:

`El cálculo del pago básico no debe incluir la superficie proporcional dedicada a tierras de pasto, cultivos forrajeros u otras fuentes de alimentación para los animales cuyo destino final es su venta para actividades relacionadas con la lidia o las corridas de toros, bien directamente o mediante intermediarios´.

`De los pagos asociados a la producción serán proporcionalmente excluidos o reducidos el número de las cabezas de ganado cuyo destino final sea la venta para actividades relacionadas con la tauromaquia, bien directamente vendidos o a través de intermediarios´.

Desde la Red Equo Derechos de los Animales confían que se aprueben en el Parlamento europeo las enmiendas interpuestas por EQUO a través de Los Verdes Europeos que “permitan una nueva PAC más justa, solidaria y empática donde su presupuesto se destine a ayudar a pequeñas explotaciones familiares agrícolas y ganaderas ecológicas y de proximidad, que fomentan el empleo local y la fijación de población en las zonas rurales, dando un paso más hacia el bienestar animal dejando de subvencionar explotaciones con actividades de cría que tengan relación directa o indirecta con cualquier espectáculo taurino, incluidas las corridas de toros.”

La tauromaquia es cosa del pasado. En pleno siglo XXI torturar animales para disfrute y espectáculo no es en ningún caso cultura, ni mucho menos digno de ser financiando con dinero público de todos los europeos y europeas”.

Enlace al estudio: https://avatma.org/2020/10/20/documento-tauromaquia-y-pac-politica-agraria-comun/

Enlace a infografía y banners: https://drive.google.com/drive/folders/1JYLrD0l00R8NKJrc8Wenx3raWQ0o3bfT?usp=sharing




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