El Parlamento portugués prohíbe la caza deportiva de aves

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El Parlamento de Portugal ha aprobado hace pocos días la prohibición de la caza deportiva en vuelo, con un voto favorable a los proyectos de ley PAN y ENP sobre el tema. Los votos en contra del PSD, CDS, PCP, Iniciativa Liberal y Chega no fueron suficientes para frenar estas propuestas legislativas, que contaban con el apoyo del Partido Socialista. Ya solo queda España en toda Europa con esta barbarie activa.

La presente ley determina la prohibición del uso de animales vivos para la práctica del tiro deportivo con arma de caza, comúnmente conocido como tiro volador o tiro al pichón, aún cuando estos animales fueron creados para tal fin. Se procede a la cuarta reforma de la Ley N ° 92/95, de 12 de septiembre, que confiere protección a los animales.

Tiro al pichón: una crueldad que no es deportiva.

En España ya ha sido prohibido en Canarias, Galicia, Baleares, Cataluña, Murcia y La Rioja y está en proceso de prohibición en la Comunidad Valenciana. Unas 450.000 palomas y codornices son masacradas al año en España sólo en campeonatos, sin contar citas ‘sociales’ ni entrenamientos, y gracias a la excepción incluida en muchas normas de protección animal. Las aves mueren de una forma especialmente cruel, pues son abatidas sin haber podido apenas desplegar sus alas

Distintas campañas, buscan la eliminación de esas excepciones normativas y la sustitución de los pichones por platos y hélices, una práctica más ética, más respetuosa con el medio ambiente, más barata y realmente deportiva. El plato o la hélice no han logrado disipar las macabras ganas de disparar a un ave indefensa que, a causa del aturdimiento, no es capaz ni de volar. Una actividad que recibe críticas incluso de algunos cazadores pero es apoyada por el Consejo Superior de Deportes, que la inscribe como modalidad deportiva.

Lo que podría ser un reflejo del pasado, no solo no se produce de forma aislada o puntual, sino que ocurre cada fin de semana en los más de 70 campos de tiro registrados en todo el país. Se celebran campeonatos autonómicos, nacionales, europeos y mundiales, además de todas las ocasiones en las que se dispara contra aves en las conocidas como ‘tiradas sociales’ y en los entrenamientos de estos peculiares deportistas. En todas ellas, las codornices y palomas puedes ser lanzadas de dos maneras: a mano o de forma mecánica. Esta última resulta especialmente llamativa: introducen al ave en un tubo conectado a un motor de aire comprimido que, según su potencia, puede arrojarlas a una velocidad de entre 30 y 200 km/hora. Salen tan aturdidas que la inmensa mayoría de las veces no llegan ni a desplegar sus alas. “Es como lanzar una pelota de tenis. Algunas no llegan ni a volar antes de ser abatidas”, y todo ello por pura diversión.

Esta indefensión, unida a que la mayoría de estas aves son criadas en cautividad y enjauladas de por vida, hacen que mueran sin haber volado nunca. Incluso para las que son lanzadas de forma manual, las posibilidades de sobrevivir son mínimas. La mayoría no sabe ni cómo volar, y las que consiguen zafarse de las balas no tienen ninguna posibilidad de vivir en libertad. “Nacen en criaderos, en jaulas minúsculas, y tienen atrofiadas las alas”. “ El tiro al pichón es rechazado por todos, que solicitamos de forma conjunta su erradicación y su sustitución en todas las competiciones por una práctica más ética, respetuosa con el medio ambiente y deportiva, como el tiro al plato.

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