Por segundo año consecutivo, Aragón no celebrará fiestas populares en julio y agosto en ningún punto de la región. El Gobierno aragonés ha decidido anular todos los festejos locales hasta el 31 de agosto, como mínimo. A partir de ahí, dependerá de cómo evolucione la pandemia del Covid. La medida ya se ha hecho desde el Ejecutivo autonómico.
La decisión tumba por segundo año consecutivo la Vaquilla de Teruel, que se celebra tradicionalmente a principios de julio. El acuerdo lo ha notificado el Gobierno de Aragón tras la reunión que mantuvo con representantes de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP), las diputaciones provinciales y los ayuntamientos de las capitales de Zaragoza, Huesca y Teruel.
Nos alegramos mucho de la noticia porque eso significa que este año no van a atormentar y a maltratar a unos pobres animales que nada han hecho en esta vida para merecer tal sufrimiento. Vaquillas ensogadas y obligadas a recorrer las calles de la ciudad para diversión de unos cuantos ajenos totalmente al sufrimiento de estos animales y sin ningún tipo de empatía, ¿acaso estas personas saben lo que significa la palabra EMPATÍA, lo sabe al alcalde?
Queremos recordar que desde La Plataforma La Tortura No Es Cultura (de la que ANDA forma parte desde su fundación), denunciamos hace tres años ante la Delegación Territorial el sufrimiento de la vaquilla ensogada que el 9 de julio de 2018, durante las tradicionales «Fiestas del Ángel», en Teruel (Aragón) recorrió las calles de la ciudad, malherida y maltratada por los participantes hasta la extenuación. Es indignante que los ayuntamientos fomenten, permitan el maltrato animal, y lo peor, sea subvencionado con dinero público.
Se agarran a falacias como por ejemplo, que los toros no sufren. Está demostrado por distintos estudios independientes, es decir, realizados por veterinarios, etólogos y científicos. A ver si se enteran de una vez que todos los mamíferos disponen del mismo sistema nervioso y el toro no es una excepción.
Estas personas se creen más valientes pagando todas sus frustraciones con un pobre animal que lo único que quiere es volver al campo con los suyos y poder ser feliz, pero para que algunos se puedan divertir, tienen que someter a un animal a un terrible sufrimiento sin importarles en absoluto que ante todo es un ser vivo, no un mero objeto de distracción. Las Administraciones deberían fomentar «empatía» entre los ciudadanos y enseñarles el respeto que merece cualquier ser vivo.
Seguiremos luchando y no perdemos la esperanza, porque cada vez la sociedad española está más concienciada y acabaremos con esta lacra.