El felino africano que se escapó hace poco de una casa del Passeig dels Ametllers de la urbanización Quint Mar de Sitges acabó falleciendo. El animal, un serval, recorrió buena parte de Sitges y acabó su huida en una finca con caballos de la carretera de la Mata (C -246ª), cerca de la urbanización Els Cards de Sant Pere de Ribes. Unos grandes perros de la finca le dieron muerte. Este felino hacía pocos días que había llegado a Sitges como mascota, procedente de Holanda.
Su propietaria hizo un llamamiento para encontrarlo, afirmando que el domesticado serval no era “peligroso para los humanos”, pero advertía que no podía sobrevivir en la naturaleza por no saber cazar. Solo ella, sin embargo, podía “acariciarlo”. La policía local hizo un llamamiento para encontrar al animal
Agentes de la policía local, del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y de los Agents Rurals de la Generalitat buscaron un carnívoro del que se había advertido que era “manso”. El Ayuntamiento de Sitges reconoció, sin embargo, que se hizo pública la noticia contemplando la posibilidad de que la presencia del felino pudiera asustar a quien se lo encontrara. La policía local de Sitges informó que no era peligroso pero que, al no ser una especie autóctona, se hacía necesario su “control”.
Este felino que puede recordar a un pequeño guepardo, de color amarillento con motas negras y que puede alcanzar una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora, es un depredador que se alimenta de pequeños animales. El serval, de entre 9 y 12 kilos en el caso de las hembras, y de hasta 18 kilos en los machos, es un animal salvaje de largas patas y hábitos solitarios que en los últimos años se ha puesto de moda como exótica mascota doméstica en los Estados Unidos, Chile o también en Europa. Ya fue mascota en el Antiguo Egipto. Incluso en 1986 surgió una raza de gato doméstico a partir del cruce entre el serval africano y el gato siamés. Esta raza híbrida es conocida como savannah.
La Fundación Animal Advocacy and Protection Primadomus ha advertido de la proliferación de servales, e incluso de caracales y ginetas, como mascotas con los que adquirir “estatus”. Desde esta fundación se ha invitado a recapacitar sobre “las nocivas consecuencias de la tenencia de animales exóticos en el ámbito doméstico y su comercio para este fin”. Primadomus insta a poner freno al mascotismo y al uso de animales en espectáculos, “un mercado en continuo crecimiento que supone un serio riesgo para los propios animales, el medio ambiente y las personas”.
Los servales son animales salvajes que no deberían ser tenidos como mascotas. El trágico desenlace para este animal no oculta los riesgos que puede suponer para otros animales, personas o medio ambiente. Necesitamos #ListadosPositivos