El Reino Unido prevé prohibir la importación de foie-gras, un producto que, se considera, va en contra del bienestar animal.
A pesar de que desde 2006 la producción de foie-gras ya estaba prohibida en Reino Unido por infringir la legislación sobre el bienestar animal (a causa de la sobrealimentación a la que se somete al pato o ganso, para que acumule grasa en el hígado), su importación seguía vigente debido a que el país formaba parte de la Unión Europea, pues los estados miembros no pueden rechazar productos que se producen y comercializan legalmente en otros estados miembros.
Ahora, con el Brexit ya vigente los legisladores del Reino Unido tienen vía libre para prohibir también la importación de este producto, una intención que ha sido manifestada por un portavoz del ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales: “El gobierno ha dejado claro que la producción de foie gras a partir de patos o gansos, utilizando la alimentación forzada, plantea serias preocupaciones, y la práctica está correctamente prohibida en el Reino Unido. Ahora, el Gobierno está estudiando las nuevas medidas que podría tomar en relación con el foie gras”.
El Reino Unido importaba aproximadamente cada año 200 toneladas de este reconocido producto de origen francés.
¿Cómo se obtiene el foie-gras?
España junto a Bélgica, Francia, Bulgaria y Hungría, son los únicos cinco países europeos que continúan produciendo este cruel producto. Cada año más de 1.150.000 patos y gansos son alimentados de forma forzada en España para lograr que sus hígados crezcan hasta diez veces su tamaño normal, enfermando de esteatosis hepática y pudiendo obtener de esta manera el foie-gras. Se les introduce un tubo en la garganta que provoca riesgo de asfixia y lesiones graves y dolorosas en el esófago.
Tras esto sufren diarreas y jadeos. Los más débiles llegan al matadero agonizando, y muchos no sobreviven hasta allí.
En libertad los patos pasan gran parte de su vida en el agua. En estas aberrantes instalaciones a muchos se les arranca parte del pico sin anestesia. Permanecen encerrados hasta el día de su sacrificio en jaulas tan reducidas que no pueden darse la vuelta, levantarse o agitar las alas.
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