El Congreso del Estado de Sinaloa ha logrado hace poco por unanimidad la prohibición de las corridas de toros, por lo que se convirtió en el quinto Estado del País en sancionar la tauromaquia.
La reforma prohíbe y sanciona como un delito que se realicen espectáculos de corridas de toros, novillos y becerros, así como la venta de animales en la vía pública. “En este Decreto se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley de Protección de los Animales, Ley Ambiental para el Desarrollo Sustentable y del Código Penal, todos para el Estado de Sinaloa, en materia de protección a los animales”, se informó a través de un comunicado.
El primero en sancionar este espectáculo fue Sonora, donde desde el 4 de mayo de 2013, canceló la corrida de toros de la fiesta brava y para ello se consiguieron más de 18 mil firmas a favor de la Ley de Protección de los Animales. Más tarde, se sumó Guerrero, el 31 de julio de 2014, cuando se prohibieron las corridas de toros, las peleas clandestinas de perros y el uso de animales en circos.
El 21 de agosto de 2015, el Congreso local de Coahuila prohibió por mayoría las corridas de toros, convirtiendo a esta entidad en la tercera en hacerlo. Quintana Roo antecedió a Sinaloa, tras prohibir la tauromaquia y las peleas de gallos el 28 de junio de 2019.
Son muy buenas noticias. Gracias a la compañera Elideth Fernández de Movimiento Consciencia por su contribución. Más información: http://movimientoconsciencia.com/…/ahora-quedan…/
Desde ANDA, celebramos esta gran victoria. Es todo un logro y eso demuestra cada día más que la tauromaquia está en decadencia. Invertir en tauromaquia es malgastar los fondos públicos. La tauromaquia no tiene futuro. Las corridas de toros han caído un 63,4% desde 2007 y cada año siguen cayendo irremediablemente. Invertir en tauromaquia es malgastar el dinero común cuando más se necesita.
ANDA, lleva más de treinta años haciendo campañas de concienciación, luchando contra todo tipo de crueldad cometida con los animales, especialmente los utilizados en estos espectáculos tan aberrantes.
Aunque el origen de las corridas de toros es confuso, fue en la época absolutista del rey felón, Fernando VII, cuando se crearon las escuelas de tauromaquia. En la actualidad, el coste de este tipo de prácticas y sus derivados (encierros, toros embolados, toros ensogados, toros a la mar, etc.) representan para todos los contribuyentes un desembolso de miles de millones anuales en forma de impuestos y que luego se reparten en forma de subvenciones. Los aficionados a las corridas de toros cada vez son menos, con lo cual la mayoría de plazas de este país son deficitarias y a todos se nos impone la obligación fiscal de contribuir para cubrir este déficit.
Si alguien sufre, no es una fiesta.