El 21 de mayo en la plaza de las torturas de Coruche, (Portugal), murió el caballo “Jarabe” durante una corrida de rejones víctima de un síncope. Aunque intentaron reanimar al animal todas las maniobras resultaron infructuosas.
Tenemos que pensar que los toros no son los únicos animales que son torturados y sufren en los festejos taurinos. Desgraciadamente hay más víctimas: los caballos. No debemos olvidar a estos animales que, si bien la mayoría de veces no terminan muertos como los toros, sí sufren grandes heridas y daños tanto emocionales como físicos. Además esas heridas y daños muchas veces también les provocan una muerte prematura que, desde luego, la gente del público nunca llega a ver ni a saber y realmente ni le importa porque para ese público el caballo es como un objeto más en la plaza de torturas. Los caballos son otras víctimas más (además de los toros) de los festejos taurinos. El rejoneo implica un adiestramiento previo de los équidos en los que el animal debe responder a las necesidades del rejoneador que previamente lo ha sometido a un entrenamiento duro, largo y constante para evitar el embite del toro en una suerte de baile de piruetas aprendido desde joven y que poco tiene que ver con sus instintos naturales. Tanto el proceso de adiestramiento como durante el rejoneo suponen importantes daños físicos y emocionales, que el público la mayoría de las veces no ve, pero que no por eso son menos dañinos. Los caballos participan en el rejoneo sin apenas protección (a diferencia del rejoneador) por lo que en muchas ocasiones el toro les provoca importantes heridas que ponen en riesgo la vida del animal además de provocarles un gran sufrimiento.
El rejoneo es por lo tanto una actividad que provoca daño a los animales tanto por sí mismo como por el entrenamiento previo implícito en él. Su mantenimiento como forma de ocio de unos pocos no tiene sentido en el seno de una sociedad que no justifica más escenas de crueldad gratuita con los animales.
Hay estadísticas de una gran cantidad de caballos que fueron heridos de muerte o murieron en “corridas de rejoneo” solo en España. En Perú este estilo de tortura también se lleva a cabo en Acho y en otras plazas.
Maltrato animal legalizado de toros y caballos subvencionado con dinero público.
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