El Tribunal Supremo de Noruega ha ratificado la prohibición de la cría de Cavalier King Charles por problemas graves de salud debidos a su consanguineidad, pero considera que falta evidencia para hacer lo mismo con el bulldog inglés.
La cría extrema se ha convertido en una de las principales preocupaciones sobre el bienestar animal, especialmente con el aumento de la popularidad de los perros braquicéfalos (de cara plana) y otros animales de compañía que muestran características extremas.
La selección de rasgos físicos específicos (por ejemplo, nariz chata, cráneo redondo, pliegues cutáneos, ojos caídos) y la endogamia desenfrenada han dado lugar a trastornos hereditarios que afectan a la salud física y mental de los animales.
En Noruega, el artículo 25 de la Ley de Bienestar Animal (2009) establece claramente que «la cría fomentará características que den lugar a animales robustos que funcionen bien y gocen de buena salud«. Continúa especificando que la cría no puede ocurrir si es probable que el comportamiento natural de la descendencia se vea afectado o si podría dar lugar a problemas éticos.
La Sociedad Noruega para la Protección de los Animales demandó al Kennel Club de Noruega, al Cavalier King Charles Spaniel Club y al English Bulldog Club, junto con seis criadores individuales, alegando que la cría de estas razas específicas contraviene la Sección 25.
La cría extrema de animales de compañía es una causa de sufrimiento físico y mental innecesario y generalizado en los perros y en muchos otros animales. Este veredicto de Noruega tendrá un gran efecto dominó en Europa. Desde el Eurogroup for Animals (del que ANDA forma parte), se seguirá trabajando en favor de una legislación a escala de la UE que establezca que la cría que cause dolor y/o enfermedades es ilegal.
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