Los safaris de caza organizados desde países fundamentalmente africanos y destinados a turistas cinegéticos europeos están destinados en muchas ocasiones a la mera importación de los trofeos de caza, sobre los cuales la Unión Europea es uno de los grandes importadores.
La importación de trofeos de caza en la UE tiene enormes efectos negativos y ningún efecto positivo a pesar de lo que pretenden vendernos desde el mundo cinegético.
En primer lugar no supone ningún apoyo a las políticas de conservación de especies ya que provoca una disminución de la riqueza genética y dirige la gestión de las poblaciones hacia políticas en las que la satisfacción del turista cinegético es prioritaria sobre los aspectos de conservación de especies.
Por otra parte tampoco beneficia a las comunidades locales al verse privadas de sus recursos naturales presentes y futuros, sin acceder a los recursos del turismo cinegético que benefician exclusivamente a las empresas turísticas que organizan las cacerías o, como mucho, un puñado de funcionarios gubernamentales a través de la corrupción.
Por último, la organización de partidas de caza legales de carácter turístico y el consecuente movimiento de los trofeos de caza y el alto valor que adquieren luego en el mercado europeo no hace sino incentivar y alimentar la caza furtiva ilegal que tiene un enorme impacto negativo en la biodiversidad y en las comunidades rurales de origen.
Por estos motivos desde ANDA estamos, junto a otras ONG europeas, trabajando para que los permisos de importación de trofeos de caza estén sujetos a un mayor control del existente actualmente. El Parlamento Europeo ya ha pedido la prohibición de este tipo de importaciones para especies en peligro de extinción y países como Francia, Finlandia, Holanda y Bélgica han introducido serias restricciones.
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