El Tribunal de Justicia Europeo ha condenado a España por la contaminación de sus aguas superficiales y subterráneas producida por las malas prácticas realizadas por la agricultura y ganadería intensivas. El Tribunal considera que España no ha tomado las medidas oportunas para atajar este problema. La contaminación de nuestras aguas deriva de un uso excesivo e irracional de productos químicos en la producción agrícola que provoca, además de problemas sanitarios, un importante impacto medioambiental en la flora y fauna silvestre.
Desde la Coalición Por Otra PAC, de la que ANDA forma parte, hemos venido denunciando reiteradamente estas forma agrícolas tan agresivas y la urgente necesidad de caminar hacia un modelo distinto basado en sistemas de cultivo más respetuosos y en armonía con el medio natural en el que se desarrollan.
La Política Agraria Común introducía ciertas mejoras para avanzar en este cambio de modelo aunque los últimos movimientos desde la Comisión Europea, en reacción a ciertas reivindicaciones del sector agrario, parecen desmantelar estos tímidos pero positivos avances. Ahora la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo vuelve a plantear las cosas como son y la realidad es que mientras lo políticos se debaten entre presiones e intereses espurios de sectores económicos, nuestras aguas terrestres están cada vez más contaminadas, el modelo agrario industrial que ya ha demostrado sus contradicciones e insostenibilidad continúa dirigiendo la producción, las pequeñas producciones de carácter familiar y local cada vez son menos representativas y más marginales y nuestra salud y la biodiversidad de flora y fauna se encuentra cada vez más amenazada.
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