El Gobierno ha dado el primer paso para crear una legislación para grandes simios, es decir, para orangutanes, bonobos, gorilas y chimpancés. El motivo está en su ‘cercanía genética’ al ser humano y porque «comparten los quince atributos que en su día el bioético Joseph Fletcher estableció para definir la personalidad humana«, dice el documento de consulta pública previa sacado por el Ministerio de Derechos Sociales. De aprobarse esta normativa, España se convertiría en el primer país con una legislación específica para estos animales.
La creación de esta legislación nace por mandato de la ley de bienestar animal, en donde fue introducido como una disposición adicional durante su tramitación en el Congreso. Los objetivos de la norma, según el Ministerio de Derechos Sociales, serán la prohibición expresa de experimentación e investigación con grandes simios si les genera daños; el establecimiento de las condiciones de su tenencia o custodia; la prohibición de su utilización con fines comerciales así como en espectáculos; y la mejora de los esfuerzos para su conservación.
Para justificar la ley, el Gobierno argumenta que, además de que la legislación española considera a los animales «seres sintientes», en 1997 una confederación internacional decidió catalogar a los grandes simios en la familia de los Homínidos, junto a los humanos y sus ancestros extinguidos. «Esta decisión, aceptada por toda la comunidad científica, resulta de gran importancia ya que pone a estos seres al mismo nivel que nuestros antepasados, los homo erectus, homo habilis, australopithecus, etc», dice el documento de consulta pública.
Derechos Sociales añade que los grandes simios «disponen de capacidades cognitivas como el aprendizaje, la comunicación o al razonamiento complejo que les acercan a las de los seres humanos». También, destaca, se desenvuelven en un plano superior al de otros mamíferos, ya que «los grandes simios parecen estar dotados de autoconciencia y de intencionalidad en la toma de decisiones, hasta el punto de que comparten los quince atributos que en su día el bioético Joseph Fletcher estableció para definir la personalidad humana: inteligencia mínima, autoconciencia, autocontrol, sentido del tiempo, sentido del futuro, sentido del pasado, capacidad para relacionarse con otros congéneres, preocupación y cuidado por otros individuos, comunicación, control de la existencia, curiosidad, cambio y capacidad para el cambio, equilibrio de razón y sentimientos, idiosincrasia y actividad del neocórtex«.
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