Según varios testigos, el animal es utilizado en espectáculos y sesiones fotográficas y pasa largas horas en un diminuto tráiler sin ventilación.
La elefanta Dumba lleva ya 5 meses fuera de Cataluña. El pasado mes de octubre los propietarios del animal la llevaron a Francia para que actuara en el tristemente conocido Cirque de Paris, empresa que cuenta con un largo historial de denuncias.
Allí el animal actúo durante varios meses y hace unas semanas volvió a España para instalarse en el zoológico Mundo Park de Sevilla.
Sus condiciones físicas parecen haber empeorado: en las imágenes publicadas en las RRSS del mismo zoo, puede apreciarse con claridad la baja condición corporal en que se encuentra Dumba actualmente.
En este centro la elefanta sigue teniendo que exhibirse en espectáculos circenses para que el público pueda hacerle fotos.
Al parecer, una vez acabado el espectáculo, Dumba es llevada a un recinto completamente vacío y delimitado tan sólo por un cordel eléctrico: de aquí el animal podría escaparse con facilidad, poniendo en riesgo la seguridad de las personas. La elefanta es mantenida en exposición en este espacio, que no cumple siquiera con las principales recomendaciones que establecen las asociaciones de parques zoológicos, para que los usuarios del centro puedan seguir tocándola y haciéndose fotos.
Cuando la elefanta no está actuando, según indican varios testigos, pasa su tiempo sola y encerrada en el tráiler de sus propietarios. Dicho camión está hecho en su interior de tablones de madera, no tiene una ventilación adecuada y no dispone de ningún tipo de enriquecimiento para el animal.
Por sus medidas, parece evidente que allí dentro Dumba no dispone del espacio suficiente ni para echarse al suelo y ni siquiera para darse la vuelta. Es posible que las marcas que presenta por todo el cuerpo puedan deberse a heridas ocasionadas durante el transporte por las malas condiciones de ese tráiler.
Una vez más, recordamos también que la elefanta, ejemplar de una especie altamente social, no ha tenido nunca la posibilidad de relacionarse con otros elefantes y que, obviamente, en las condiciones actuales no puede caminar los 50 km diarios que recorrería en su hábitat natural.
Así mismo, queremos evidenciar que los propietarios de la elefanta siguen alquilándola a circos y zoológicos privándola de los requisitos mínimos de bienestar para un animal de su especie.
Por último, parece que los propietarios de la elefanta no sean conscientes de que Dumba es un animal potencialmente peligroso y que deberían cumplir unos mínimos criterios para garantizar que no pueda escaparse ni herir a ninguna persona.