Los gallos de pelea son animales normales cuyas reacciones son modificadas a base de una cierta manipulación y entrenamientos despiadados en el que se seleccionan los más “aptos”, tanto para la pelea como para la cría. Los gallos que no dan la talla sirven como cebo para ser destrozados literalmente en los entrenamientos por los más fieros.
El origen de estas peleas está en Asia. En China ya se celebraban hace 2.500 años y es posible que 1.000 años antes se hicieran en la India. En la antigua Roma eran usados para adquirir valentía. Posteriormente, esta práctica fue llevada a América por los conquistadores españoles.
La finalidad principal de las peleas de gallos es, en muchos casos el dinero de las apuestas. En la naturaleza en sus combates rara vez resultan con heridas pues antes de morir huyen, posibilidad que en una pelea se les niega pues han de pelear durante 12 minutos o hasta que uno de los dos, o ambos, mueran. Si no son criados y entrenados con la finalidad de combatir, estos animales no atacan con tanta fiereza; y pocos piensan que, para que se comporten como cualquier deportista que desarrolle sus habilidades con tanta agresividad, se les llega a suministrar drogas tanto legales como ilegales.
En ANDA, llevamos muchos años luchando contra esta barbarie. Hace años varias personas de Canarias nos insistieron en que informáramos a nuestros lectores sobre esta cruel y primitiva diversión que siempre ha tenido un cierto arraigo en las Islas, sobre todo en Tenerife. Y así hicimos, escribiendo un amplio reportaje en nuestra revista de septiembre de 1993.
Legalidad.
Las peleas de gallos son legales en la mayoría de países latinoamericanos, así como en tres regiones europeas Andalucía, Canarias y la región francesa de Norte-Paso de Calais, y en países de Asia como Filipinas. En muchos otros lugares, las peleas de animales están prohibidas, basadas en la oposición a las apuestas, la crueldad animal, o ambas.
En España, la legislación sobre bienestar animal está descentralizada en su mayor parte y depende de las Comunidades Autónomas. Así, en España las peleas de gallos están prohibidas por los parlamentos de todas las Comunidades Autónomas a excepción de Canarias y Andalucía. En Andalucía las peleas de gallos están permitidas sólo en aquellas localidades donde se hayan ido celebrando tradicionalmente.
Andalucía.
En Andalucía, la Ley andaluza 11/2003 prohibió las peleas de gallos con la excepción de las organizadas con el objetivo de la «selección de cría para la mejora de la raza y su exportación realizadas en criaderos autorizados con la sola y única asistencia de sus socios». Así pues la justificación legal de las peleas de gallos modernas se basa en la necesidad de criar y seleccionar los gallos de la raza andaluza llamada «Combatiente Español» o «Jerezano», los cuales se exportan a Hispanoamérica.
Siguiendo con la tradición andaluza de no dejar morir al gallo en el reñidero, una resolución de 2004 terminó de configurar el marco legal y distingue las «peleas de gallos» (ilegales) de la «riñas de gallos». Se consideran peleas de gallos, los enfrentamientos en los que los gallos combaten a muerte. En las riñas, las peleas se convierten en tientas para la selección, tienen que durar como máximo 25 minutos y el combate se termina cuando un gallo «pone la pechuga en la tierra».
Así la resolución de 2004 deja claro que sólo las peñas o asociaciones de criadores de gallos inscritas en los registros de la Junta de Andalucía pueden organizar las tientas, que «no tendrán bajo ningún concepto la consideración de espectáculo público o actividad recreativa». Por ello, a diferencia de su situación en Canarias, está prohibido televisar las riñas de gallos. Las apuestas con dinero y la publicidad de las riñas también están prohibidas.
Además se exige que los gallos deben estar registrados en las Oficinas Comarcales Agrarias de la Junta de Andalucía, tener tatuados en las dos alas sus números de registro, socio, orden en el gallinero y año en curso y las espuelas no pueden medir más de veinte milímetros. Los gallos que no cumplen estos requisitos no pueden ser trasladados fuera de su gallinero.
Las peleas sólo se celebran en el reñidero habilitado en la localidad, aunque algunas localidades de la Bahía de Cádiz, donde hay una gran afición, disponen de más de un reñidero oficial. Los reñideros deben tener pólizas de responsabilidad civil y certificados de seguridad e higiénico-sanitario. Por ello, el reñidero debe estar preparado para evitar la gripe aviar y para la recuperación veterinaria de los gallos dañados después de la pelea, pues su objetivo legal es la supervivencia del gallo para que pueda ser exportado.
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) es el organismo encargado de velar por el cumplimiento de la normativa sobre las peleas de gallos en Andalucía. También existe una Federación Andaluza del Gallo Combatiente Español, la Unión de Criadores del Gallo Combatiente Español y el Libro Genealógico del Gallo Combatiente Español.
La zona que se encuentra entre Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y Chiclana de la Frontera es la zona con más afición gallística y con más criadores de gallos, pues cuenta con 9.000 criadores de gallos, agrupados en 22 peñas. Los pueblos están llenos de corrales y de azoteas en los que los particulares crían sus gallos. Esta zona de Cádiz cuenta con el 80% de los gallos de tipo Combatiente Español que España exporta a Francia y a Latinoamérica, en donde a estos gallos se les llama «Jerezanos». Con una especial cosmovisión trágica de la vida, de la sangre, de la muerte, con formas muy diversas, pero todas ellas revestidas de arte, hasta hace unos pocos años era muy común la conexión que había entre el mundo del flamenco, las peleas de gallos y los miembros más comprometidos del toreo.
Islas Canarias.
En Canarias las peleas de gallos son legales, si bien sólo se realizan en lugares tradicionales denominados galleras, organizadas por las propias organizaciones de cuidadores de gallos (galleros). No cuentan con ayudas públicas ni publicidad. En Canarias las peleas están de capa caída y hay muy poca afición (nos lo dijeron cuando lo investigamos durante la preparación de la ley).
Región de Murcia.
En la Región de Murcia las peleas de gallos son ilegales. Sin embargo, la comunidad tiene una enorme tradición gallística y son frecuentes las redadas de criadores y asistentes a las peleas de gallos.
Estamos en el siglo XXI y este tipo de espectáculos tan salvajes no tienen cabida en una sociedad que está avanzando y cada vez está más concienciada.