La pesadilla para estos perros dura todo el año, pero se acerca el peor momento para ellos: el fin de la temporada de caza. Un año más, y sin que la Administración mueva un dedo por ellos, miles de perros, decenas de miles, serán «descartados»…
Todo depende de que sean lo suficientemente «válidos» o «rentables» como para que a su propietario galguero/podenquero le merezca la pena mantenerlos hasta la siguiente temporada. Así de simple, así de duro, así de utilitario, así de frío, así de cruel…
«Descarte», una palabra de la que se habla de manera casi indiferente, que suena como hueca, pero que está cargada de sufrimiento de estos seres sumamente sensibles, nobles, leales y cariñosos. Y no es una palabra en absoluto vacía. «Descarte» es cobardía, deslealtad, traición, bajeza, canallada, violencia, incluso, en numerosas ocasiones, sadismo.
Detrás de cada «descarte» hay una historia de miseria y sufrimiento; y cada uno de esos «descartes» rubrica una vez más la decadencia y pérdida de dignidad del ser humano; no sólo ante los animales que le han servido lo mejor que han podido y que le consideraban su «amo»; no sólo ante la Madre Naturaleza de la que todos formamos parte… sino también, y sobre todo, ante sí mismo.
Realmente, no se puede caer más bajo, «señores».
En el año 1998 una protectora de animales atendiendo el ruego de ANDA nos informó sobre este tema, nos enviaron fotografías de los perros ahorcados, en su mayoría galgos, que pendían muertos de los pinos en los alrededores de Medina del Campo (Valladolid). Al recibirlas en los medios de comunicación junto con una nota de prensa de ANDA, horrorizados por la barbarie, decidieron filmar con cámaras de televisión lo que estaba sucediendo.
La opinión pública enseguida se puso de nuestra parte y llamadas indignadas de todos los puntos de España llegaban a la sede de ANDA. La gente se preguntaba qué podían hacer para ayudar a acabar con esta barbarie. Se decidió que cartas, llamadas y faxes a la Junta de Castilla y León sería lo más efectivo. En su momento funcionó.
En aquellos días una copia del vídeo donde aparecían los cuerpos de los animales en los pinares, fue visionada por el Intergrupo para la Protección de los Animales del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
El Eurodiputado español, Sr. Camisón, interpeló al Comisario Fischler sobre cómo respondía la Comisión ante la forma bárbara y salvaje en que se mataba a los perros cuando ya no eran útiles, mencionando expresamente el caso de los galgos ahorcados. El Comisario le respondió que esto era obligación de los Estados miembros y todos tenían o debían tener buenas leyes.
Ese mismo año se pidió públicamente a los dueños de estos animales que los llevaran a una protectora, pero no supimos si por miedo o vergüenza , ninguno fue entregado en persona.
La sociedad cada vez va avanzando más y rechaza cualquier conducta violenta hacia los animales. Caza significa crueldad, ensañamiento y muerte de seres vivos inocentes.